sábado, 6 de diciembre de 2008

Capítulo 1 - Primera Parte

Capítulo 1

4 pm

- ¿Diga? No, todavía, pero ya termino. Además no creo que tarde, ya sabes cómo es él. Está bien, nos vemos.

Colgué el teléfono y decidí echarme en mi cama a escuchar algunas canciones de mi mp3, mientras intentaba relajarme un poco. Mandy, mi mejor amiga, era la persona más habladora que jamás haya conocido, por lo que está totalmente de más decir cuánto adoraba ella estar con el auricular pegado al oído por mínimo unas cincuenta horas al día. Bueno, tal vez exagero un poco, pero si la conocieras créeme que entenderías a lo que me refiero. Somos polos puestos, relativamente, pues estar al teléfono no es mi pasatiempo favorito, pero a pesar de ello podría decirse que somos compatibles.
Normalmente, suelo escuchar su atolondrada voz por largos periodos de tiempo, mientras hago cualquier otra cosa, pero hoy no. Tengo muchas cosas por hacer, aún no me he peinado ni maquillado, y aunque esto del maquillaje no arregle mucho mis imperfecciones, algún objetivo debe tener. Además, es mi fiesta de promoción y no hacer el menor esfuerzo por parecer agraciada no es una de las mejores opciones que tengo en mente.

Todos mueren por ir a esta fiesta, en realidad no le encuentro lo especial. Sí, once años juntos, en las buenas y en las malas, bla bla bla. ¿Y?
Es sólo una celebración más, y yo, muy amante de las salidas nocturnas no soy. Tampoco soy una aguafiestas, o como quieras llamarlo, pero simplemente no encuentro la necesidad de celebrar la supuesta tristeza por acabar el colegio. Si son tus amigos, lo serán para siempre, ¿o no? ¿Entonces, se supone que esta es una fiesta de despedida o acaso se festeja el final por el que todos se encuentran de pésimo humor? Realmente, no entiendo.
Todo termina, todos dicen ser conscientes de ello pero ciertamente pocos lo asimilan.

Micael dijo que me llamaría en cinco minutos, y eso debió haber sido hace aproximadamente media hora.
Y eso resulta extremadamente extraño en él, pues de los 14 meses que llevamos juntos, sólo una vez resultó impuntual, y fue por un motivo justificable.
Se podría decir que es el novio perfecto, el que cualquiera quisiera conocer. Sé que tal vez todas lo dicen, pero sé que ninguna de ellas conoce la perfección. Quizás yo tampoco, pero él se le asemeja más que cualquier otra persona sobre la tierra.

Pero no todas las parejitas viven en un cuento de hadas, Mandy irá a la bendita fiesta con su ‘primer y único amor’, Alex, aunque para él esta etapa ya esté completamente cerrada y quizás hasta sellada con un millón de llaves tiradas al abismo de algún lejano lugar. Es decir, siendo claros y concisos, ella MUERE por él, aún. Él, lo superó más rápido de lo que cualquiera podría imaginar. Tal vez ya demasiado.
Si los hubieses visto hace unicamente tres meses, quizás hubieras pensado que realmente se casarían, tendrían hijos preciosos y serían felices comiendo perdices, pero bien dicen que sin final no existe el cuento.

“Hay alguien más” le dijo Alex, sin cortedades ni remordimientos.

Y él, será también mi mejor amigo y lo que quiera, pero eso no se le dice a una chica, eso no se le dice a tu enamorada con la que planeas terminar una seria relación de tres larguísimos años. Y como si fuera poco, preguntarle luego si desea ser su pareja de fiesta teniendo en cuenta la innumerable lista de ilusiones que creará en ella (cuando seguro la otra susodicha tiene mejores asuntos que hacer) y sabiendo que, sin lugar a dudas, la “estúpida” de mi mejor amiga aceptaría, pues para ella nada tiene más sentido que un simple segundo a junto ti. Y si digo nada, es nada.
No Alex, eso no se hace.
Y lo que tampoco se hace es dejar a tu novia esperando cuarenta minutos, cuando te comprometiste a llevarla a la peluquería. Micael, mi amor, si no me llamas al menos contesta el teléfono, ¿no? ¿Dónde te has metido? ¿Crees que tengo complejo de localizador o algo por estilo? Por Dios Micael… C – O – N – T – E – S – T – A

1, 2, 3 timbradas...

-¿Amor? – esa voz tenía que aparecer, esa simple melodía bastaba para borrar todos los malos momentos de mi día. Pero no, no podía llevársela tan fácil, debía yo poder ser fuerte y mostrar al menos un poco mi disgusto. Debía aprovechar ahora, precisamente este instante en el que no tenía sus perfectos y dominantes ojos clavados en mí. Él sabe que conmigo puede lograr lo que le plazca sin el más mínimo esfuerzo.

- Hola Micael, ¿dónde has estado? – Nunca fui muy buena para la actuación, a pesar de haber gastado 3 años de mi vida (y un ojo de la cara) estudiando artes escénicas. No, eso no era lo mío. Pero ponía todo de mi parte, y supongo que no me salía tan mal como otras veces. Tal vez la práctica funcionaba, por fin.

- Estaba ocupado, discúlpame

- ¿Así como así? ¿Acaso no sospechas lo desesperada que he estado por ubicarte? ¿Qué pasaba si…- intentaba inventar algo creíble mientras pronunciaba cada palabra, pero algo no iba bien.

- Ya te pedí disculpas – me interrumpió - ¿Vale? No pude llamarte, eso es todo. Estate lista que en 10 minutos estoy ahí.

Algo le dije, pero era inútil, ya había colgado. ¿Qué sucedía? Al menos, que yo recuerde, nada habia hecho para merecer su indiferencia, y podría soportarle lo que se le antoje, menos tratarme de esta manera cuando ni siquiera hace el intento de explicarme lo que pasa.

Qué no hubiese dado yo por poder leer su mente en ese momento...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

sigue

YaniRa dijo...

me atrapó por completo, quiero leer más. sigue sigue (:

andrea. dijo...

mi mejor amiga & yo también somos polos opuestos .) y aún asi nos amamos ♥

jaa :) genial.

Edo dijo...

te quejas por unos minutos tarde??? jajajaja imaginate como nos quejaríamos de uds!!!